Alberto Laiseca y el realismo delirante : rumiar la biblioteca

lunes, 17 de febrero de 2014

Alberto Laiseca y el realismo delirante

Alberto Laiseca, Su turno (1976), Buenos Aires, Mansalva (2010)

Se llama a sí mismo "el monstruo" (su blog: http://albertolaiseca.blogspot.com.es/), este personaje tan carismático y simpático como su escritura, un delirio de miles de ojos, un tirar del hilo a fuerza de ocurrencias y excentricidades, como podría decirse de la mitología de todos los tiempos y de todos los lugares, donde los personajes a primera vista aparecidos sin venir a cuento, reaparecen más tarde para cerrar la historia y darle cierta coherencia.
Porque a pesar de que en un primer momento esto parece una broma surrealista y absurda (y en buena parte lo es), por lo visto se llama realismo delirante, según terminología del autor, un método con el que destripar y juguetear con el género negro y el romántico y el de terror, y hasta se podría decir que con absolutamente todos los géneros populares, y no sé yo cómo consigue finalmente dar colofón y aplauso y en cierta medida continuidad a eso que a primera vista se desmadra tanto que parece imposible enderezarlo.

Leemos frases como estas:

"En toda la vida del comisario inspector delirante John Craguin, cuyo pontificado transcurre principalmente en la época de la Ley Seca, tuvieron lugar irrupciones de espacio-tiempo con sucesos de los tiempos venideros que se entremezclaban con los de su presente. Luego las retrograbaciones del futuro desaparecían, pero quedaba la metafísica que indujo. Exactamente como ocurre en la realidad sin que nos demos cuenta."

"No es pecado alguno robar y matar, ambas cosas son ponderables humanamente, como dijo alguien: lo inconcebible es destruir la cerveza: aunque sea la del enemigo."

Por supuesto que el humor es el componente principal de toda esta locura, que comienza con el asesinato de un sindicalista, hecho que da pie a la aparición de dos personajes disparatados: un comisario que utiliza música de Wagner en sus arrestos y un capo de la mafia al que llaman "la nonna", e intercalados muchos desvaríos (como, por ejemplo, un sádico catálogo de métodos de tortura), reflexiones hilarantes sobre el comunismo y el fascismo, sobre la ciencia ficción, sobre Poe y Sartre, etcétera. Y solo es su primera novela.

Una entrevista al monstruo, no se la pierdan:





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