rumiar la biblioteca: agosto 2014

lunes, 25 de agosto de 2014

Juan Gabriel Vázquez o la construcción de la memoria

Juan Gabriel Vázquez, Las reputaciones, Madrid, Alfaguara (2013)
http://www.alfaguara.com/es/libro/las-reputaciones-5/


Algo acecha: la desmemoria, la desconfianza sobre la construcción de esa memoria, la fragilidad de la reputación.

Al protagonista de esta historia, un caricaturista reconocido, se le presenta un día en casa una joven que pretende recordar lo que pasó una noche puntual. Entre ambos reconstruyen un recuerdo compartido (y por lo tanto, a primera vista, real).
"Qué rara es la memoria: nos permite recordar lo que no hemos vivido."
Sin embargo, no deja de exponerse la duda y el recelo sobre la veracidad de lo acontecido. ¿Se puede narrar la memoria, o mejor, la sospecha de esa memoria? ¿Acaso la memoria no es esclava de la interpretación? La memoria es tan artificiosa como la ficción, y lo mismo puede decirse de la reputación que pende de un hilo.

"Y él pensaba en ese giro curioso, hacer memoria, como si la memoria fuera algo que fabricamos o pudiera conjurarse, a partir de ciertos materiales bien escogidos, con la mera fuerza del trabajo físico."

La reputación de las personas puede extrapolarse: la reputación de las regiones, los países, las comunidades. La reputación trabaja para la opinión pública, que a veces parece que importa.

"Tal vez eso era la reputación: el momento en que una presencia fabrica, para quienes la observan, un precedente ilusorio."

Novela sobre la memoria y reputación, que a ratos se asemeja, en cierta manera, a la ciencia ficción: recordar hacia el futuro o construirlo.

"Para una tribu indígena de Paraguay, o quizás era de Bolivia, el pasado es lo que no vemos ni podemos conocer. El meteorito siempre viene por la espalda, no lo vemos, no podemos verlo. Hay que verlo, verlo venir y hacerse a un lado. Hay que ponerse de cara al futuro. Es muy pobre la memoria que solo funciona hacia atrás."

Aquí Juan Gabriel Vázquez presenta la novela en Casa América:

https://www.youtube.com/watch?v=djdYoybdcFU

lunes, 11 de agosto de 2014

Marcel Schowb y la desaparición de la risa

Marcel Schwob, El deseo de lo único, trad. de Cristian Crusat y Rocío Rosa, Madrid, Páginas de espuma (2012)
http://paginasdeespuma.com/catalogo/el-deseo-de-lo-unico/

Envejecida a veces pero destellante a ratos esta antología de textos críticos de Marcel Schowb, sobre todo para rastrear influencias:

"El auténtico lector crea casi tanto como el autor: solo que aquel construye entre líneas. Quien no sepa leer en el blanco de las páginas jamás será un degustador de libros." (p. 303)


En concreto quería detenerme en un pasaje del que quizá valga la pena adentrarse un poco e imaginar sus implicaciones a largo alcance. Dice Schwob:

"La risa está probablemente destinada a desaparecer. ¿Por qué razón, entre tantas especies animales extinguidas, habría de persistir el tic de una de ellas? Esta ordinaria manifestación física ante la percepción de una cierta desamornía en el mundo se borrará con el escepticismo total, la ciencia absoluta, la piedad general y el respeto por todas las cosas." (p. 205)

¿Desaparecerá el humor en la literatura, en la vida?

En épocas como las de ahora donde apenas si nos permitimos unas risas, la afirmación parece una premonición. Aunque es cierto que el humor suele salvarnos de la desmesura, y donde más abunda la barbarie, el sarcasmo parece funcionar como el mejor antídoto.

Pero si las cosas siguen por derroteros similares y se empecinan en repetirse y se parecen demasiado a ciertas pesadillas de la humanidad, de poco nos servirá el decoro o la mudez o la sonrisa empática. Ya no habrá normas compartidas. Ya no habrá respeto por nada. No habrá de qué reírse, porque la entropía ni siquiera será percibida como tal.

Ojalá quede en broma pesada nomás.

lunes, 4 de agosto de 2014

Ariana Harwicz o instrucciones para leer La débil mental

Ariana Harwicz, La débil mental, Buenos Aires, Mardulce (2014)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

Instrucciones para leer La débil mental:

1. Meta la cabeza en un cubo de agua. Aguante. Si es posible, agénciese algún voluntario que le impida levantar la cabeza del agua hasta que usted se ponga verdaderamente violeta (o violento). Siempre hay voluntarios para eso. ¿Suena a tortura? No se inquiete, este es un ejercicio que se practica asiduamente en muchísimos talleres de teatro.

"Qué se puede entender por fuera de esta asfixia."

"Ya no puedo pensar en nada más. Ya no siento mi cerebro mío."

2. Tome aire y siga. El lenguaje sinestésico favorece experiencias únicas. Recuerde usted Las criadas de Jean Genet y rondará bien cerca de estas dos protagonistas desquiciadas y mamíferas en grado sumo. Rememore también Las primas de Aurora Venturini. Son dos animalitas. Perversas también, si no fuera que la perversidad está relacionada con la inteligencia y con la conciencia de esa perversidad.

"Tengo esta manía de embrutecerme."
 "Estoy echada como un mamífero con las orejas lanudas sobre los ojos."


3. Pero no se amedrente: las almas inocentes van al cielo y la prosa es salvaje y linda. 

"Lo escuché con la reverencia y el sobrecogimiento de una débil mental que se nubla y se pierde en mil detalles a su alrededor, una plaga de microbios sobre la explanada."