rumiar la biblioteca: junio 2016

lunes, 27 de junio de 2016

Tatiana Goransky y el relato como investigación

Tatiana Goransky, Los impecables, prólogo de Diego Gándara, Barcelona, Comba (2016)
https://www.editorialcomba.com/catalogo/libros/sin%20categorizar/los-impecables/

Hay en la escritura de Tatiana Goransky (Buenos Aires, 1977), al menos en estas dos nouvelles, un reclamo detectivesco para el lector, pues expone materiales diversos de tal manera que no queda más remedio que unir cabos sueltos, construir el relato de forma absolutamente activa y pasar un rato entretenido. 
Hay también algo que, a mi parecer, comparte con la narrativa de Pola Oloixarac, en el sentido de que sus textos están atrevesados por diversos registros, por un googlear, aunque su prosa sea muchísimo más cristalina y casi periodística, invisible tal vez, no carente de sentido del humor, tal y como se expresa el protagonista de la primera nouvelle que lleva por título Ball boy, un chico que deja el tenis para convertirse en el mejor recogepelotas con una disciplina tal que roza lo obsesivo:
"Nunca quiso ser tenista. 'Tenista puede ser cualquiera pero para ser el mejor ball boy hay que dejar el ego de lado y convertirse en un ser invisible e impecable', esas son sus máximas."
Una narrativa de la investigación, un ir saltando de tema, como se expresa el capitán de la segunda nouvelle aquí recopilada, Don del agua, que despliega todas las pistas de una búsqueda del tesoro en el mar:
"Hago una pausa y todos me miran con fastidio, ya saben que mi relato está por cambiar."
Una lectura refrescante y surfera.

lunes, 20 de junio de 2016

Angélica Gorodischer y el ansia de escribir

Angélica Gorodischer, Tumba de jaguares, Buenos Aires, Emecé (2005)

El jaguar es esa bestia que acechaba al hombre encerrado en la cárcel en el cuento "La escritura de Dios" de Jorge Luis Borges. En sus manchas estaba escondido el nombre de Dios. Tumba de jaguares es un juego de espejos y novela dentro de la novela dentro de la novela, como en el cuento de Borges era el sueño dentro del sueño dentro del sueño. Pero olvidémenos un momento de Borges y ahora centrémonos en la escritura Gorodischer. 

Resumiendo mucho, se trata de tres historias que narran, cada una a su manera, la desaparición: la primera, una de los años setenta (inducimos de la dictadura): la de la hija del protagonista, que es escritor de novela inconclusa; las otras dos hablan de las desapariciones de los maridos de sendas protagonistas (uno había emprendido viaje río abajo y reaparece mucho después; el otro tiene un accidente de avión y no le da la gana de volver a aparecer, de modo que para la protagonista ha muerto o algo parecido). 

La espera es quizá el gran tema relacionado con los desaparecidos. Tumba de jaguares es también y entre otras cosas una reformulación de Penélopes que tejen y destejen historias, pues sabemos que ellas son mujeres que escriben sobre mujeres que escriben, o en el primer caso es hombre que escribe sobre mujer que escribe, de modo que cada novela que leemos narra la novela que sigue y la última narra la primera y así se cierra el círculo o parece que comprendemos como comprendía de golpe el personaje de "La escritura de Dios". ¿Qué comprendemos? El juego de espejos y el círculo que se cierra y la cárcel de la que hablaba Borges y la tumba de los jaguares que ya no acechan, porque la desaparición no es lo mismo que la muerte aunque no sabemos en absoluto lo que es la muerte, quizá algo parecido a la desaparición, Dios incluido, el principal desaparecido.

Volvamos al principio. Tumba de jaguares habla de escritores que escriben, de modo que es novela de escritores y su materia prima es la escritura y toda la performatización del acto de escribir y de la vida de escritor. La imaginación asalta constantemente al escritor en sus tareas cotidianas, entonces la novela es imaginada en la novela precedente y expuesta en la posterior, salvo la última que cierra el ciclo y que casi nos invita a releer da capo. La impresión general es la de que asistimos al taller del escritor, a la obsesión del escritor, al reclamo del personaje y, por sobre todas las cosas, a una minuciosísima descripción del ansia de escribir:
"El ansia que nunca la dejaría en paz. Ese nunca era ya exiguo y frágil, pero estaría, como había estado siempre, presente y exigente, invencible. Había aparecido con el cuaderno negro de esquineros de cuero que en letras cursivas decía 'Diario' en la tapa y había estado siempre con ella y cuando ella la contrariaba se revolvía inquieta, la atacaba sin piedad y la hacía sufrir una especie de locura íntima, interna, secreta, que nadie advertía. Pero cuando obedecía a esa ansia, ah, entonces era, ¿qué era?, ya no se hacía esa pregunta porque ahora sabía la respuesta. Alguna vez había llamado felicidad a eso y ahora sabía, sabía como había sabido siempre comprendiéndolo sin pensarlo, que era mucho menos y mucho más [...]."
Todo eso entremezclado con las peripecias cotidianas de personas absolutamente normales con vidas triviales, de modo que la novela es tradicional y autorreferencial a un tiempo. Una delicia de estilo y humor y contagio del ansia de escritor a la de lector. Ansia de lector.



lunes, 13 de junio de 2016

Federico Jeanmaire y la ironía minimal

Federico Jeanmaire, Tacos altos, Barcelona, Anagrama (2016)
http://www.anagrama-ed.es/titulo/NH_562

La ironía minimal y una exquisita elaboración del lenguaje desde lo mínimo (poquísimas palabras, frases cortas y muchos blancos) son, quizás, los verdaderos protagonistas de este texto. Con un mínimo de recursos consigue Federico Jeanmaire construir esta historia sencilla donde se da cabida a temas tan universales como la identidad, la violencia, la justicia, la política y sus negociados y, por supuesto, el lenguaje.
"No me importan los tiempos verbales, señora profesora. No sirven para nada. Matan igual que su ausencia. Exactamente igual."

Su Nuam es una adolescente de origen chino que ha vivido gran parte de su vida en Buenos Aires. Sabemos que su padre tenía un almacén y que luego volvieron a China después de algún incidente. Lo cierto es que Su Nuam escribe todo el tiempo para no "perder el castellano", pero no ha sido capaz de aprender los tiempos verbales, de modo que toda la historia está contada en presente. El resultado es un entretenido e irónico acertijo narrado en primera persona que apunta directamente a la esencia de lo que significa narrar: cómo contar una historia con los mínimos elementos y solo y siempre en tiempo presente que, así y todo, resulte absolutamente comprensible y divertida. 
Una novela que toma al lector por cómplice.

"Quizás escribir sea eso. Una enorme máquina que funciona con recuerdos y que, dentro de su propio mecanismo interno, necesita recordar no solo los hechos que suceden sino también palabras lindas, que la gente no utiliza demasiado."

lunes, 6 de junio de 2016

Marian Engel, la osada

Marian Engel, Oso (1976), traducción de Magdalena Palmer, Madrid, Impedimenta (2015)
http://impedimenta.es/libros.php/oso

Háganse un regalo: lean esta entretenidísma novela erótica de Marian Engel. Aunque no solo erotismo destilan sus páginas. La cosa empieza así: una bibliotecaria un tanto aburrida de su vida tiene la suerte de que le encarguen catalogar la biblioteca de la casa de un coronel que vivió allá por el siglo XIX en una isla de Ontario, adonde nuestra protagonista, Lou, se trasladará todo el verano. Pero la soledad y las inclemencias de un clima norteño no son sus únicos compañeros: allí vive un oso, pero es un oso bastante bueno. Una mascota de la casa, casi un perro. El asunto comienza a ponerse algo perverso hacia la mitad del libro, pero para cuando llegamos a esto, la cosa está bien caldeada. 

Marian Engel va insertando la semántica de lo natural, lo salvaje, lo absolutamente libre a medida que avanza ("Tras cruzar un Rubicón en la divisoria de aguas empezó a sentirse libre"; "Pensó en un conocido suyo que afirmaba que hoy en día era imposible encontrar una mujer que oliese a sí misma"; "Homer [el barquero] se dirigía a su hijo con silbidos y cloqueos, como haría con un animal"; "Lou volvió a despertarse temblando y alzó la nariz como un animal"). 
La escritura, además de escueta y cargada de una elegante ironía, se entrelaza con elementos del todo inquietantes: los libros de aquella biblioteca muy propia de un inglés del siglo XIX, sueltan pequeñas notas relacionadas con los osos. Una mañana se encuentra con una anciana india que está cantando junto a la caseta donde vive la bestia. Ella le dice que se llevarán muy bien y le brillan los ojos. Para entonces ya estamos preparaditos para lo que vendrá a continuación.
"A continuación el oso empezó a lamerle la espalda mojada con su lengua larga y estriada. Fue una sensación curiosa."
Todo se desarrolla la mar de bien y nos divertimos con la picardía, con la osadía.

Oso, además de novela transgresora y desinhibida y al tiempo delicada, no solo expone los quejidos de las mujeres rebeldes ni se hastía con aquel papel femenino secundario y servicial: ¡ya está bien de parodias de la novela romántica! Marian Engel se atreve a ir más allá. Se atreve a contarnos que toda mujer libre tiene la obligación de pensar más allá.
"Porque lo que le disgustaba de los hombres no era su erotismo, sino que dieran por supuesto que las mujeres no lo tenían."