rumiar la biblioteca: octubre 2017

lunes, 30 de octubre de 2017

Angela Carter en el país de las atrocidades

Angela Carter, Quemar las naves (1995), prólogo de Salman Rushdie, traducción de Rubén Martín Giráldez y Jesús Gómez Gutiérrez, Madrid, Sexto Piso (2017)
http://www.sextopiso.es/esp/item/386/quemar-las-naves

Una semana entera acompañada de los cuentos completos de Angela Carter bastan para notar que las paredes sudan miedo y oír, como tintineantes campanitas, carcajadas que de tan naifs provocan escalofríos. Porque Quemar las naves es Angela Carter como revisitadora del cuento de hadas y de terror, de fábulas repletas de animales y vampiros, de espejos y marionetas, del desenfado de una Alicia en el país de las atrocidades. 
"Hay bebés en sus ojos. Cuando te mira, te reduplicas inevitablemente. Sus ojos provocan el engendramiento." ("Obertura y música incidental para Sueño de una noche de verano")
La ironía es desbordante, inteligente. La prosa es elegante, culta y, a la vez, irreverente. Carter destila sensualidad y exuberancia. Es perversa, cínica e hilarante. Su sexualidad es la de aquellas mujeres que no tienen un pelo de tontas y que gustan de los hombres hermosos a los que, a la vez, temen. 
"Si la única combinación posible para nosotras es la del doble salto mortal del amor, tal vez es mejor ser valorada solo como un objeto de pasión que no ser valorada en absoluto. Yo nunca he sido tan absolutamente misteriosa para otro. Me he convertido en una especie de fénix, una bestia fabulosa; una joya extravagante. Pero a menudo me he sentido como alguien que imita a una mujer." ("Un recuerdo de Japón")

Carter es carnaval, parodia; es alocada y charlatana. Su prosa discurre desenfadada como una barca sobre un lago tranquilo, aunque enseguida notemos que allá abajo habita lo inquietante. Carter destripa y se mofa de todo, tomando al lector por cómplice de su desmembramiento. Construye variaciones de la tradición, las reformula y satiriza constantemente.
"En Borgoña, en la Edad Media, se celebraba la Fiesta de los Locos que se prolongaba durante los días muertos, ese lapso vacío de tiempo en el cual, según la mitología bárbara de los nórdicos, el cielo lobo se comía al sol. Para cuando el cielo lobo vomitaba al astro, una o varias personas habían devuelto a su ser al Año Nuevo a base de follar durante los días en los que todos los chicos llevaban ramitos de muérdago en los sombreros. Un trabajo sucio, pero que alguien tenía que hacer. Hacia el siglo XIV, los para nada bárbaros borgoñeses lo habían olvidado todo del cielo lobo, claro está; pero ¿habían olvidado con ello el orgiástico no-tiempo del solsticio, que, en su momento, fue también el de las saturnales, la época revuelta, la libertate decembris, cuando los señores se cambiaban por los esclavos y cualquier cosa podía suceder?" ("En Pantolandia")

No es lectura para paladares impresionables, sino para aquellos que prefieren no ofenderse.  

lunes, 23 de octubre de 2017

Pilar Adón, la sumergida

Pilar Adón, La vida sumergida, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2017)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/la-vida-sumergida/

La vida sumergida es un libro de quince relatos para leer a la manera del buceo, es decir, sumergiéndose y aguantando la respiración, pues la prosa de Adón es urgente, rítmica, veloz y poética. Una prosa brillante, por cierto. De frases cortas.
"Extraer del barro la explicación a su existencia. Desentrañar el significado de cada estímulo para quedarse tranquila y poder regresar a sus actividades cotidianas. Sus otras actividades cotidianas. Creyendo que semejantes explicaciones se encontrarían en la base de los montes, bajo las pilas de materia fusionada al azar. Creyendo que podrían desenterrarse con solo escarbar. Revolviendo bajo el abono de los cultivos. Bajo las semillas alojadas en las hileras de los huertos." ("Pietas")
Con ella se entretiene más en la descripción que en la acción: aquí tenemos quince fotografías del estado de ánimo y de ciertas extrañas percepciones de un montón de personajes descontentos de sí mismos, necesitados de despojarse de algo. Personajes que habitan casas espaciosas, que esperan en andenes de tren, que se relacionan con los demás bajo la dialéctica del amo-esclavo, que contemplan la naturaleza o los objetos cotidianos, y se asombran.
"Durante los primeros días en la casa en completa soledad, empezó a darse cuenta de que todo le parecía extraño: que un fuego diese calor, que las cosas se movieran tras una simple aplicación de fuerza con un dedo, que el aire se pudiera respirar, que una rama flotara en el agua... Que su vida consistiera en abrir cajones de cómodas." ("Virtus")
Pilar Adón nos invita a sumergirnos en los detalles y a mirar con otra perspectiva lo cotidiano.

lunes, 16 de octubre de 2017

Karla Suárez y el viaje de la memoria

Karla Suárez, El hijo del héroe, Barcelona, Comba (2017)
https://www.editorialcomba.com/catalogo/libros/narrativa/hijo-del-heroe/

Ernesto, el protagonista de esta historia, está a punto de viajar a Angola. Uno se pregunta por qué, aunque enseguida queda claro: su padre ha muerto allí. Su padre, el "héroe" para la familia, fue uno de los héroes de guerra de la independencia de Angola. Entonces se nos recuerda que para los cubanos la Historia está metida en sus entrañas. De modo que, mientras Ernesto está viajando rumbo al continente negro, va recordando no solo su propia vida, sino también la de su país.

El hijo del héroe trata sobre las implicaciones de Cuba en la independencia de Angola, acaecida en 1975. Pero también traza un recorrido por la historia de Cuba y refleja un fresco de todos esos inmigrados cubanos en escenarios europeos como Berlín y Lisboa. 
"A veces me pregunto dónde termina el peligro real y empieza la paranoia. La línea es demasiado sutil. Renata decía que no había nada peor para alguien con manía persecutoria que tener la posibilidad de ser perseguido, y en Cuba sucedía algo similar: nos habían inoculado la enfermedad de sentirnos en peligro."
Narrada con una prosa que avanza como un vaivén de memoria y presente, emparentada con el boom latinoamericano, con un tono clásico, entre tierno e intimista, va entretejiendo la voz en primera persona con referencias literarias (el título de cada capítulo es el de alguna obra) y muchas canciones.
 "[...] para mantener una conversación interesante me bastaba con tomar apenas los títulos de los libros y enlazarlos con pocas palabras."  
Una conversación con el pasado, y también: un atisbo de esperanza.

lunes, 9 de octubre de 2017

Cynthia Ozick o no hay que rendirse demasiado rápido

Cynthia Ozick, La galaxia caníbal (1985), traducción de Ernesto Montequin, Buenos Aires, Mardulce (2017)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

[Publicado en Revista de Letras el 04/10/2017]

Cynthia Ozick (Nueva York, 1928) dice que escribir es una especie de “locura alucinatoria” de la que no se puede escapar, y tal vez por eso sus textos exhalan autenticidad e ironía, erudición y algo de alocamiento. Ella es maestra del desparpajo filoso y de servirse de metáforas sorprendentes, pues suele construirlas con lenguaje cotidiano de trazo certero. Rasgos estos que encontramos ya en La galaxia caníbal, segunda novela publicada originalmente en 1985 y por fin traducida al castellano de la mano de Mardulce, novela que viene a confirmar que Cynthia Ozick construyó su voz, desde el comienzo, con decisión y originalidad. Es cierto que suele contarnos historias que implican el Holocausto o la condición de extranjero, cuyos personajes acostumbran a relacionarse con el arte o con la intelectualidad. Esta novela no se aleja de ello, por eso se la agrupa generalmente con la narrativa judía norteamericana: un tono bastante próximo a la ironía triste de Saul Bellow.
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lunes, 2 de octubre de 2017

Javier Cercas y Margaret Atwood: el misterio de escribir (dos citas)

Javier Cercas,
La velocidad de la luz (2005),
Literatura Random House,
Barcelona 82013)

"Que aún no sepas de qué va la novela [...]. Si lo sabes de antemano, malo: solo vas a decir lo que ya sabes, que es lo que sabemos todos. En cambio, si aún no sabes lo que quieres decir pero estás tan loco o tan desesperado o tienes el coraje suficiente para seguir escribiendo, a lo mejor acabas diciendo algo que ni siquiera tú sabías que sabías y que solo tú puedes llegar a saber, y eso a lo mejor tiene algún interés. [...] Lo que quiero decir es que quien siempre sabe adónde va nunca llega a ninguna parte, y que solo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."






Margaret Atwood,
La maldición de Eva (2005),
traducción de Montse Roca,
Lumen, Barcelona (2006)

"Odio escribir acerca de mi escritura porque no tengo nada que decir sobre el tema. No tengo nada que decir porque no me acuerdo de lo que pasa mientras lo hago. Esos momentos son como pequeñas piezas fragmentadas de mi cerebro."